El Hércules CF y el FC Barcelona B se reparten los puntos en un disputado encuentro repleto de ocasiones y alicientes competitivos. El empate sirve al conjunto de Planagumà para acabar el año en puesto de promoción de ascenso.

El Hércules de Alicante y el filial del Barcelona han medido sus fuerzas en la tarde de sábado en el Rico Pérez, en el partido correspondiente a la decimoctava jornada del Campeonato Nacional de Liga en el Grupo III de 2ª División B. Tras el empate cosechado en tierras manchegas, el conjunto alicantino acudió a la porfía con la firme intención de seguir en la pomada por mantenerse en los puestos de honor de la clasificación y despedir del año con el mejor sabor de boca.

Tras un buen arranque del conjunto visitante, poco tardó el equipo blanquiazul en dar los primeros avisos a la meta defendida por el alicantino Iñaki Peña en la botas de Pol Roigé, cuyo disparo se marcho desviado tras una buena internada por banda izquierda de José Fran (min.7), y un intento infructuoso por parte del capitán Chechu Flores (min. 15). El Rico Pérez tenía ganas de buen fútbol y en ese estado de ánimo, que oscilaba entre la excitación y la prudencia, el equipo de Planagumà empezó a mostrar todas las virtudes que le han llevado a ser un equipo tremendamente fiable en su feudo.

Sin embargo el Barcelona, un equipo joven y de buen trato con el balón, también dispuso de buenas oportunidades a lo largo de los primeros cuarenta y cinco minutos, gozando de una fase de dominio en el ecuador de la primera mitad gracias al fútbol control desplegado por jugadores como Collado o Riqui Puig, quienes rebaten su mucha inexperiencia replicando sobre el césped sus muchos fundamentos. Las alternativas se sucedían de manera ininterrumpida y, en ese intercambio de golpes, parecía difícil que el encuentro terminase sin goles en el casillero.

Un lanzamiento de Juanjo Nieto por encima del travesaño (min 34) y una gran jugada de Carlos Martínez dentro del área (min. 37), casi desnivelan la balanza en favor de los locales y lograron arrancar los aplausos del respetable. El Hércules se hacía poco a poco con el timón del encuentro y gracias al buen hacer de su pareja de mediocentros despertó el madrigal futbolístico local. Sin embargo, antes del descanso, tanto Ballou como Guillem dispusieron de dos lanzamientos escorados que se marcharon fuera por muy poco.

El segundo acto comenzó como un calco del primero; un buen Barça B monopolizando la posesión de la pelota y un Hércules bien asentado sobre el césped y esperando su oportunidad. Si la primera parte había sido un ida y vuelta por parte de los dos contendientes, la segunda puso de manifiesto en buen oficio del Hércules, que encontró en los centros laterales y los remates de cabeza su mejor baza ofensiva.

Pol Bueso, Chechu Flores y Miranda hicieron uso de su testa para poner a prueba los reflejos del guardameta visitante. Del mismo modo, la entrada de Emaná por José Fran dio mayor mordiente a un equipo que por momentos hostigaba de manera inmisericordiosa la bisoñez blaugrana. La grada rugía y el estadio era una autentica caldera remando a favor de sus jugadores. En el último partido del año, el crepúsculo parecía llamear radiante en busca de una tanto que se hacía de rogar.

Desde su ingreso en el campo, el camerunés  se convirtió en la luz, guía y punta de lanza del ataque de su equipo. Su presencia sembró arrobas de incertidumbre entre la zaga barcelonista y en el minuto 88 contó con una doble ocasión de gol tras un taconazo que acabó el tiro de esquina y un posterior remate tras el saque de córner.

Finalmente, el partido murió en las botas de Juli –por parte del Hércules- y Collado –Barça B-, quienes no estuvieron acertados en sendas faltas a favor que dispusieron en el balcón del área. El empate sirve al Hércules para finalizar este 2018 en puestos de play-off y poner tierra de por medio con un rival directo como es el filial blaugrana.

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